La Laguna del Arquillo, reconocida como Monumento Natural, cuenta con una superficie de 522 hectáreas y con una superficie periférica de 3.757 hectáreas, lo que hace que sea objeto de especial atención. Su aislada situación le proporciona singularidad, está encuadrada dentro de la Ruta de Don Quijote. Se puede acceder a ella por la carretera de El Masegoso, o bien pasando por Los Chospes.
La Laguna domina el paisaje, desde donde se puede disfrutar de sus apacibles aguas, cuyo color va cambiando de blanquecino a azul conforme transcurre el día.
La vegetación que coloniza la Laguna posee un elevado interés botánico, tanto de la vegetación acuática como de la marginal. Las espigas de agua y los nenúfares flotando en la lámina de agua añaden belleza al complejo natural de la Laguna y a su vez alojamiento a la Ranita de San Antonio y el Galápago Leproso. Las gramíneas y las praderas juncales rodean sus márgenes, todo esto hace que sea ideal practicar la pesca o la natación y, cómo no, degustar una estupenda merienda.
Los más ancianos del lugar decían que ésta era una laguna sin fondo.
Su agua es de gran calidad.