Es un pequeño edificio de planta rectangular del que solo se conservan los arranques de sus paredes hasta un segundo piso y los huecos que con diversas formas albergaron les tres entradas del recinto.

Se trata de una torre de vigilancia musulmán, una atalaya más, que junto con otra como la todavía erguida torre de Gorgojí, formaban una línea de especial vigilancia en las postrimerías del siglo XII, ante el avance cristiano.

Se encuentra a escasa distancia de El Cubillo, siguiendo la Ruta Camino de Los Molinos.